Bésale el cuello, los hombros, pero nunca los labios... hasta que te lo pida.
Bésale entre los senos, alrededor de los pechos, el abdomen, pero nunca, nunca los pezones... hasta que te lo pida.
Bésale entre sus piernas, el vientre, que sienta en el monte de venus el calor de tu aliento caliente, pásale la lengua por las rodillas, los pies, pero nunca, nunca la vagina... hasta que te lo pida.
En estos momentos ella ya está más que derretida, dispuesta a abrir las piernas para recibirte con furia desmedida ¡y no!, aún no lo hagas.
A ella no le importa ya el tamaño, ni que en la cama a nalgadas le hagas daño...
Ella quiere sentir la penetración de tu carne caliente que le satisfaga esas ansías, esas ganas de sentirte hasta el fondo de su vientre.
Que le derrame el Orgasmo.
que le dejaste atascado en la garganta y sabes...
Ahora aunque te lo pida, no lo hagas!
No la penetres... Pásale el mıembro por sus labios vaginales de arriba a abajo, de abajo hacía arriba, ábrete paso entre la humedad de sus labios, pero aún no, no entres todavía.
Que se retuerza de ganas, que el deseo la invada, que ya no tenga el control de su cuerpo... y aunque clave sus uñas en tu espalda, te arañe, te abrace con sus piernas y te aprisione contra ella, ¡tú resiste!
Deja que tus manos se enreden en su pelo y tira de ellos, tómala del cuello, asfixiala a besos, quítale el aliento y...
Ahora si, Ahora ya es Tuya!
ahora es el momento de llevarla al cielo como ella se merece... Poseela, contra la pared o ha orillas de la cama, dile que la quieres, que la deseas.
¡Dile que la amas!
que ahora es el momento...
Quítale los miedos, Susurrale al oído
–Que exquisito encaje traes puesta–
Y arráncale esas mínimas dudas e inseguridades que quizá aún lleva puesta, y hazla tuya... entrando suave y lentamente, sintiendo como poco a poco te vas abriendo paso en sus adentros, como toda esa humedad te va empapando tu hombría y se va escurriendo entre sus nalgas, mientras vas invadiendola hasta el fondo.
Y mírala a los ojos, sostén esa mirada. Que no te pierdas ninguna de sus inexplicables expresiones de una mujer enamorada, y cambia el ritmo, poco a poco, paso a paso y dale una profunda estocada... observa como abre la boca tratando de recuperar el aliento con cada bocanada.
Ęmbistela como si la odiaras, que sienta ese Placer Intenso, que sienta todo ese hambre voraz que tienes por devorarla, por amarla. Que grite, que gima, no la reprimas... Que se chorre, que se escurra de placer, pero no explotes, no te vengas, no la ınundes, no aún!...
Hasta que te lo pida.
Hasta verla temblar abatida.
Hasta verla acabar primero… y abrázala, acaricia su espalda, huele su cabello, llénala de besos y no la sueltes, y sigue...