Si las mujeres entendieran que los hombres también tienen miedos.
Que hay emoción en el ruido de un motor o en el grito de un gol.
Que valoran mucho más el exceso de sonrisas que tres kilos menos.
Lo abrumador de ser el sostén económico de una familia.
Lo que es tener que ser valiente, poderoso y exitoso a toda hora.
Lo molestas que son las comparaciones con “el marido/novio de”.
La necesidad que tienen de un abrazo que no siempre saben pedir.
Lo difícil que es comprender lo que nunca se les enseño.
Las lágrimas que no se animan a llorar.
Que también pasan noches sin dormir.
Que son más débiles de lo que la altura y músculos dirían.
Que sacar lo mejor o peor de ellos está en sus manos.
Que sienten muy parecido.
Si las mujeres entendieran todo esto, si lograran mirar más allá de algunos olvidos, si se dieran cuenta de que no hay todos o ninguno, si pudiesen sentir que para ellos la mejor demostración de amor es haberlos elegido.