EXPLORANDO EL PLACER CON SENSIBILIDAD

15/05/2024
En la actualidad se cree que el acto sexual se reduce a la penetración, y que cuanto más agresiva sea, mejor eres.
Se ha perdido la delicadeza de tratar la vagina con respeto.

Se ha perdido la noción de que antes de penetrarla, la mujer debe estar completamente lubricada en cuerpo, mente y espíritu.

El tamaño del pene es importante, pero lo es aún más el esfuerzo y entusiasmo que el hombre demuestre antes de la relación sexual.

¿Cuántas mujeres anhelan sentir cómo tus dedos y la humedad de tu lengua recorren su piel?

Les gusta experimentar cómo muerdes suavemente cada parte de su cuerpo mientras las miras intensamente y les expresas cuánto las deseas. Les gusta sentir cómo las levantas en tus brazos y las besas apasionadamente.

De esos besos en los que no pides permiso para introducir tu lengua... esos besos que despiertan su deseo entre sus piernas. A las mujeres les encanta que beses sus pechos y los acaricies con la punta de tu lengua, que los sujetes con firmeza y autoridad entre tus manos.

Que agarres sus glúteos y los aprietes, que enredes tu cabello en tus manos. A ellas les gusta que, antes de la penetración, juegues, toques tu pene y juegues con él. Anhelan que mueras de deseo por poseerlas, pero necesitan que aún explores más su cuerpo, explorando cada centímetro con tu aliento sobre su piel, trazando el camino con tu lengua para que tus manos transmitan la energía del placer sobre su piel.

Te conceden el permiso al abrir sus piernas para que coloques tu boca en su zona íntima. Desean envolverte con sus piernas y ahogarte mientras les ofreces el mejor sexo oral de sus vidas.

Desean dejar tu rostro empapado con su orgasmo antes de ser penetradas.
Quieren que muerdas sus glúteos, que marques tu mano en ellos, que dejes la huella de tu maestría en el arte del amor en sus mentes. Las mujeres anhelan sentirse libres de inhibiciones con la persona adecuada.